De la variopinta colección de artilugios que guardo en mi cámara secreta para torturar a mi alma, hoy no me apetece usar ninguno en particular. Hoy me encuentro especialmente sensible y aborrecido de todos y cada uno de ellos. No se si por cansacio, por compasión, o por una mezcla de ambas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario