¿Que pasa si dejamos de arrojar carne a los leones?
Que se acaba el circo. Y que el pueblo, subyugado, sediento de sangre, y carente de circo, se rebela por fin con quien de verdad se tiene que rebelar. Y pide la sangre que de verdad merece ser derramada, no en el circo, no en la cruces, sino en las calles. Y en los rascacielos de los que la sangre caerá a borbotones por su propio peso.
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