miércoles, 27 de junio de 2012

Eqabla

El que anda bajo los árboles. Uno de mis viejos pseudónimos. Recuerdos de los diarios del bosque, y del olor humedo y agrio, picante y penetrante (hasta la misma raíz de la pituitaria) de Guinea. El sello imborrable de Africa, y la horripilante sensacion de claustrofobia bajo las torres de la ciudad al regresar al mundo civilizado. Prefiero volver a andar bajo esos  árboles monstruosos, donde apenas (gracias a Dios) llega la luz del sol, que pasear por el esteril granito de un parque diseñado en un programa de ordenador, o  correr a 200 kms por hora sobre el asfalto de una autopista que cruza una presa que antes era un rio que atravesaba un bosque de pinares que ya no está. La ciudad es una jungla, pero no es la nuestra...la jungla del planeta de los simios en el que se convertirá todo este tinglado si esto sigue mas o menos como va; de puto culo. Cada cual barriendo para su casa, y sálvese quien pueda. Pero algunos ya estamos preparados. Finjimos que vamos erguidos, pero nunca en la vida dejamos de andar bajo los árboles, a la sombra de la mirada indiscreta de los cazadores de mentes, de los coleccionistas de huesos. Liderados por el simio de ojos claros, el que ve con claridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario